lunes, 23 de noviembre de 2009

JESÚS PUEDE CAMBIAR TU VIDA





Jesucristo concédeme un corazón sensible, generoso y valiente para ayudarte a cambiar el mundo. Que me crezca ante la Dificultad. Que quiera poner mi granito de arena en la construcción de un mundo más humano y cristiano.


Vivimos en una sociedad rota, donde los individuos débiles se desorientan, se vuelven inseguros, presas fáciles para cualquier ideología ( de ahí, en parte el éxito de las sectas). Sociedad donde los valores máximos son el dinero, la comodidad, el placer... Una sociedad donde se afronta una profunda y angustiante crisis de identidad personal.... Una sociedad donde la vida pierde sentido. el hombre moderno ha salido de casa, ha perdido la llave y no sabe cómo volver. "... Cuántos jóvenes envejecidos prematuramente por el vicio, con el alma lacerada por el hastío, por el desengaño, por la frustración o el aburrimiento; su vida ha perdido la brújula, ¿ para qué y por qué vivir? No tiene respuesta. De aquí al suicidio no hay sino un paso lógico, que muchos, por desgracia dan. ¡Y sin embargo Cristo es el camino, la verdad y la vida...!


Presentar la situación de la Iglesia. Una Iglesia que sufre los momentos más tristes de su historia; en la que los enemigos de Dios quieren acabar con ella valiéndose de todos los medios, tratando de arrancar la fe del pueblo cristiano y hasta buscando la apostasía de sus ministros. Cuánta confusión doctrinal... cuánta contestación y oposición a su doctrina; el gravísimo problema de las sectas...


Mi respuesta"Cuando pienso en el mundo que se apaga y muere por falta de conocimiento de Cristo; cuando pienso en el caos profundo en que se desbarranca la inquieta y ciega humanidad por falta de Cristo, cuando contemplo las riñas y falta de fecundidad en tantas almas buenas por falta de Cristo, cuando veo toda esa mole obrera afiliarse a las sectas comunistas por falta de Cristo, cuando me encuentro con la fuerza de la juventud marchita y destrozada en la primavera misma de la vida por falta de Cristo, no puedo ahogar las quejas de mi corazón . Quisiera multiplicarme, dividirme, para escribir, predicar, enseñar a Cristo. Y de las entrañas mismas de mi ser, del espíritu mismo de mi espíritu brota contundente este grito único:



¡Mi vida por Cristo!


Recristianizar a la humanidad. He aquí nuestra misión, he aquí nuestro fin, he aquí la razón de nuestro proyecto de vida"


EL CAMBIO SOCIAL


SOBRE EL CAMBIO SOCIAL
CAMBIEMOS EL MUNDO NO EL CLIMA

En su insatisfacción interior y en la envidia de los éxitos mundanos, el ser humano se encuentra siempre incómodo en la situación de cada día. El Carpe diem no es efectivo por más que se le invoque; los hombres se encuentran terriblemente decepcionados con la situación en que viven, siempre pensando que la vida no les está dando lo que ellos merecen. Continuamente acuden a placeres corrosivos y esclavizantes, porque el ser humano, al no estar seguro de su existencia eterna desea aprovechar cada minuto de su vida en placer y en comodidad; estos, junto con el poder, la abundancia de cosas innecesarias, etc., se convierte en la máxima meta siempre inalcanzable, porque si posee un yate de cien metros siempre deseará y envidiará otro de doscientos.
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Es la naturaleza irredenta que no deja vivir a los que por su posición social disfrutan de un llamado status, y a los que por padecer alguna escasez envidian a los que tienen; de ahí la lucha de clases y el menosprecio mutuo entre ellas, y hasta del odio y un rencor larvado que estalla a la menor chispa de deterioro social.
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El apóstol Pablo tenía mucho que decir a esta situación y lo hizo amplia y certeramente: Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; (Filipenses 3: 18 a 20.)
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La palabra que suena infatigablemente es «cambio» porque hay tal movilidad en la sociedad que, a pesar de andar pesadamente parece que marcha a vertiginosa velocidad. La técnica ha hecho más por el cambio, que ninguna otra idea o tendencia política. A pesar de lo aparentemente que las ideologías mueven a la sociedad, las gentes, cuando consiguen un estatus por pequeño que sea ya se queda inmóvil. Son los llamados «conservadores» Solo la técnica con sus artilugios, que provee de entretenimiento y de abundancia, es el factor impulsor de los amplios cambios sociales que se han producido en el siglo XX y principios del XXI.
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Y a todo esto, la Iglesia se mueve al par de los tiempos, aunque fiel a su fundador, a su Dios Creador, intenta adaptarse a la sociedad moderna, pero ya solo recibe rechazos y sonrisas de suficiencia por parte de los agnósticos (ateos no hay), ya que consideran el relato de la vida, muerte, resurrección, y ascensión, del Cristo como una fábula; como si el invento de una horrísona bomba nuclear, o la cafetera que anteayer se compró, pudieran suplir la escasez de motivaciones en el hombre moderno
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Y así deambula el mundo, como una barca en el oleaje, bamboleándose peligrosamente y en medio de la alarma de sus tripulantes que, por un lado se sienten los únicos tripulantes y factores de salvación, y por otro entregados solos a la furia del mar con alarma y miedo, en las bonanzas se constituyen como autores de ellas, de la marcha exitosa de la embarcación y de la calma de las aguas..
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Se pone la esperanza en la técnica y en el hombre o en los hombres que pueden, manejando, dar satisfacción a sus expectativas; pero a lo largo de los años, el humano se encuentra ante el vacío de Dios y ante la frustración perpetua. En aquel en quien pusieron sus esperanzas, contemplan su identidad corrupta y engañosa y, o se arroja a la adoración del tal o tales, o por el contrario no encuentra (en nadie) a la persona que supla y maneje el timón mejor que el Dios omnipotente.
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Solo los cristianos, con su esperanza viva, sostienen que este mundo puede ser satisfactorio si se aceptan los postulados de Jesús, que al fin y al cabo no trata solo de la vida en el más allá, sino que su aceptación por parte de todos, haría de la tierra el paraíso que Adán tuvo antes de despedir a Dios de su vida y de sus apetencias egoístas. Y esta es la herencia de Adán.
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Solo Jesús el Cristo, es el que proporciona a los que le aceptan paz, contento, y suficiencia sobre las pasiones destructoras y de codicias necias y engañosas. La humildad del creyente contrasta de forma clamorosa y estridente, con la arrogancia y la ignorancia del que creyendo que está a la vuelta de todo, solo puede cubrir las flaquezas suyas y de los que ha elegido como dioses, con el parche de una tarea común en donde, paradójicamente, la mentira y el desengaño se intentan paliar con un denuedo y una pertinacia digna de mejor causa.

Rafael Marañón.

martes, 10 de noviembre de 2009

Humildad Perfecta en Jesús


Humildad: La virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado. Todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio sin desviarse en juicios que no le pertenecen.


La humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto abyección (auto humillación) en la que se dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad.


"La Humildad es la verdad"-Santa Teresa de Avila.
El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. En la medida en que un hombre es más humilde crece una visión mas correcta de la realidad.



La humildad perfecta es Jesús.

Jesús es la humildad encarnada. Perfecto en todas las virtudes, nos enseña en cada momento en cada palabra. Siendo Dios, vivió 30 de sus 33 años en vida oculta, ordinaria, tenido por uno de tantos. Lo extraordinario.
"La humildad es la verdad" fue la perfección en que vivió lo ordinario. También sus 3 años de vida pública son perfecta humildad. En todo hacía, como siempre la voluntad de su Padre. Nunca busco llamar la atención sobre si mismo sino dar gloria al Padre. Al final murió en la Cruz. Nos dijo: "Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón". Jesús repara el daño de Adán que es rebeldía ante Dios y de todo el orgullo posterior. Otros modos de llamar a este veneno: amor propio, egoísmo y soberbia.
Nadie tuvo jamás dignidad comparable a la de Él, nadie sirvió con tanta solicitud a los hombres: yo estoy en medio de vosotros como quien sirve. Sigue siendo ésa su actitud hacia cada uno de nosotros. Dispuesto a servirnos, a ayudarnos, a levantarnos de las caídas. ¿Servimos nosotros a los demás, en la familia, en el trabajo, en esos favores anónimos que quizá jamás van a ser agradecidos? Ejemplo os he dado -dice el Señor después de lavarles los pies a sus discípulos - para que como yo he hecho con vosotros, así hagáis vosotros. Jn 13, 15. Nos deja una suprema lección para que entendamos que si no somos humildes, si no estamos dispuestos a servir, no podemos seguir al Maestro.El Señor nos invita a seguirle y a imitarle, y nos deja una regla sencilla, pero exacta, para vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio: Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos. Mt 7, 12. La experiencia de lo que me agrada o me molesta, de lo que me ayuda o me hace daño, es una buena norma de aquello que debo hacer o evitar en el trato con los demás.
Lo que todos deseamos:
Todos deseamos una palabra de aliento cuando las cosas no han ido bien,

y comprensión de los demás cuando, a pesar de la buena voluntad, nos hemos vuelto a equivocar;

y que se fijen en lo positivo más que en los defectos;

y que haya un tono de cordialidad en el lugar donde trabajamos o al llegar a casa; y que se nos exija en nuestro trabajo, pero de buenas maneras;

y que nadie hable mal a nuestras espaldas; y que haya alguien que nos defienda cuando se nos critica y no estamos presentes;

y que se preocupen de verdad por nosotros cuando estamos enfermos;

y que se nos haga la corrección fraterna de las cosas que hacemos mal, en vez de comentarlas con otros;

y que recen por nosotros y...Estas son las cosas que, con humildad y espíritu de servicio, hemos de hacer por los demás. Discite benefacere. "aprender a hacer el bien"

y......

Si nos comportamos así, entonces: Aunque nuestros pecados fueran como la grana, quedarán blancos como la nieve. Aunque fueran rojos como la púrpura quedarán como la blanca lana.
"El grado mas perfecto de humildad es complacerse en los menosprecios y humillaciones. Vale mas delante de Dios un menosprecio sufrido pacientemente por su amor, que mil ayunos y mil disciplinas." San Francisco de Sales-

martes, 3 de noviembre de 2009

EL PERDÒN


Qué fácil es hablar del perdón, pero que difícil es darlo. Algunos han dicho que es un don el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados; pero ¿qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño? Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos y para liberarnos es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir. Cuándo sucede esto, me pregunto, ¿qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias? Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona fue su mejor opción para él, aunque no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño. ¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera?¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona? Y de ahí viene la siguiente reflexión:Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona sea mala o en verdad quiera hacerme daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco el suyo, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal. El perdón no se pide, se da… Y la razón más importante para darlo es que me libero de una gran carga. ¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razón?