Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (oDIEVCM), aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de 1999, se celebra anualmente cada 25 de noviembre.

La propuesta para que se celebrara en esa fecha la realizó la República Dominicana, con el apoyo de 80 países de la historia, por el motivo del asesinato de las Hermanas Mirabal que ocurrió en dicha fecha.

La violencia en cualquiera de sus manifestaciones es una acción deleznable y nefasta para quien la realiza y, peor aún, para quien la padece; comentario que nos ocupa con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a conmemorarse el 25 de noviembre de cada año por iniciativa de la Asamblea de las Naciones Unidas.

La situación es grave en nuestro país de acuerdo con las estadísticas que emite el INEGI, las cuales se derivan de diversas encuestas realizadas a sectores de la población femenina, determinados por edad, estado civil o condición laboral; los porcentajes de agresión física, psicológica, económica y sexual son los que tienen niveles más altos en incidencia. Pero, más allá de los datos duros, ¿cómo revertir la terrible realidad que aqueja a 47 % de mujeres en México?, ¿en manos de quién puede estar una posible solución?

Debemos voltear hacia la célula base de la sociedad: la familia; es ahí, en la infancia y adolescencia, cuando se nos inculca el respeto y el cariño a las mujeres, a la madre, a las hermanas, tías, etc., lo cual es fortalecido por el sistema educativo en las aulas, donde día con día miles de alumnos ven con admiración a sus maestras. Sin embargo, ¿es ahí donde ese respeto se ha perdido?, ¿es ahí donde los niños y jóvenes actúan por imitación y agreden y atacan a la mujer por el sólo hecho de pertenencia a un grupo, o por celos, o por un noviazgo terminado?, ¿y en la etapa adulta repiten esa terrible conducta con sus parejas?

Cambiemos las actitudes hostiles y misóginas de hombres hacia mujeres; redoblemos el esfuerzo en nuestro círculo de amigos, en casa, en la oficina; aportemos ese pequeño grano de arena que, multiplicado en acciones, traerá como beneficio que esas terribles estadísticas vayan a la baja.

Existen numerosas agrupaciones de la sociedad civil que se han especializado en estos temas y brindan asesoría a mujeres que han sido maltratadas, además de canalizarles ayuda de tipo psicológico para superar su problemática.